martes, 1 de marzo de 2022

El mundo es malo

José Coronel Urtecho

-Pitirre conoce un nido de chorchitas -decía el diablo.

-Pero Pitirre no se lo enseña a nadie -decía el niño.

-Sólo por cinco cigarros -decía el diablo.

-Si faltan los cigarros me cuerea mí papá -decía el niño.

-Tu papá anda bebiendo guaro en la Azucena -decía el diablo.

El niño miraba la gaveta.

-Ya las chorchitas están emplumadas -decía el diablo.

El niño se acercaba a la mesa.

-Mañana empiezan a volar -decía el diablo.

El niño abría la gaveta.

-Quíen anda en la gaveta -gritó desde la cocina la mamá.

-Decí que andás buscando tu cortaplumas -decía el diablo.

-Yo, mamá, que ando buscando mi cortaplumas -gritó el niño, metiéndose los cigarros en el bolsillo.

Pitirre estaba a la orilla del río.

-¿Qué estás haciendo? -dijo el niño.

-Nada -dijo Pitirre.

-Vos conocés un nido de chorchistas -dijo el niño.

-¿Quién dice? -dijo Pitirre.

-El diablo -dijo el niño.

-Mentira -dijo Pitirre.

-Juralo -decía el diablo.

-Por ésta -dijo el niño.

-Ya juraste en vano -dijo Pitirre.

-Decile me condeno -decía el diablo.

-Me condeno -dijo el niño.

-Te condenás -dijo Pitirre.

-Sacá un cigarro -decía el diablo.

El niño sacaba un cigarro.

-Dame la chiva -dijo Pitirre.

-Si me enseñás el nido -dijo el niño.

-Pues no -dijo pitirre.

-Pues no fumás -dijo el niño.

-Ni vos -dijo Pitirre.

-Masiemos que fumo -dijo el niño.

No tenés fuego -dijo Pitirre.

-Voy a traer un tizón -dijo el niño.

-Si me das cinco cigarros te enseño -dijo Pitirre.

-Bueno -dijo el niño.

-Anda, trete el tizón -dijo Pitirre.

El niño no se atrevía a entrar en la cocina.

-En la cocina está mi mama -decía el niño.

-Llamá a la Socorrito que te lo saque -decía el diablo.

La muchachita estaba junto a la puerta de la cocina.

El niño la llamaba por señas desde largo. La muchacha lo miraba desconfiada.

-Vení -dijo el niño.

-¿Qués? -dijo la Socorrito.

-Vení -dijo el niño.

La muchachita se le acercaba.

-Andá treme un tizón a la cocina -dijo el niño.

-Andá vos -dijo la Socorrito.

-Pegale -decía el diablo.

-Si no vas te pego -dijo el niño.

-Para qué querés tizón? -dijo la Socorrito.

-Para prender un cigarro -dijo el niño.

-Si me das uno -dijo la Socorrito.

-Bueno -dijo el niño.

-A ver -dijo la Socorrito.

-Andá primero -dijo el niño.

La muchachita se iba a traer el tizón a la cocina.

-Te gusta? -decía el diablo.

-Sí -decía el niño.

La muchacha volvía con el tizón.

El niño cogía el tizón.

-A ver mi cigarro -dijo la Socorrito.

-Decile sólo que juguemos a los casados -decía el diablo.

-Sólo que juguemos a los casados -dijo el niño.

-Dame primero mi cigarro -dijo la Socorrito.

-Tomalo -dijo el niño.

El niño y la muchachita encendían sus cigarrillos con el tizón.

-Vamos pues a jugar a los casados -dijo la Socorrito.

-Primero vamos a ver un nido -dijo el niño. Pitirre los esperaba a la orilla del río.

-A ver mis cinco cigarros -dijo Pitirre.

-Tomalos -dijo el niño.

-Onde está el nido -dijo la Socorrito.

-¿Cuál nido? -dijo Pitirre.

- El nido -dijo el niño.

-Te engañé, baboso -dijo Pitirre.

El niño cambiaba de colores.

-¿Son mentiras -dijo la Socorrito.

-¡ No pues ! -dijo Pitirre.

-A ver mis cigarros -dijo el niño.

-Tomá -dijo Pitirre haciéndole la guatusa.

-Mentale su mama -decía el diablo.

-Tu mama -dijo el niño.

-La tuya -dijo Pitirre.

-Decile tu papa es ladrón -decía el diablo.

-Tu papa es ladrón -dijo el niño.

-Y tu papa es picado -dijo Pitirre.

-Más picado es el tuyo -dijo el niño.

El niño estaba enfurecido. Pitirre se reía. La muchachita los miraba  al uno y al otro. El niño se contenía para no llorar.

-Tu papa le pega a tu mama -dijo Pitirre.

-También mi papa le pega a mi mama -dijo la Socorrito.

El niño estaba ciego de rabia.

-Cortalo con tu cortapluma -decía el diablo.

El niño estaba sacando su cortapluma. Pero Pitirre era más fuerte, le arrebataba el cortapluma y le pegaba.

El niño dando gritos corría en busca de su madre.

-Ya salió llorando -dijo Pitirre.

-Cochón -dijo la Socorrito.

Cuando quedaron solos Pitirre y la muchachita, el diablo quedó con ellos, mirándolos y sonriendo.

-¿No tenés nido, pues ? -dijo la Socorrito.

-Tres tengo -dijo Pitirre.

-Dame uno -dijo la Socorrito.

-Sólo que hagamos aquello -dijo Pitirre.

-Primero dame el nido -dijo la Socorrito.

-Después -dijo Pitirre.

-Juralo -dijo la Socorrito.

-Por esta -dijo Pitirre.

-Bueno -dijo la Socorrito.

El diablo nada tenía que decir y se pasaba la lengua por el hocico.

Tenía sueño y se durmió. 

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